70 años de la Universidad Pedagógica Nacional, con todos(as) y para el bien de todos(as)

La historia de la Universidad Pedagógica Nacional bebe de distintas tradiciones políticas y pedagógicas que se ven sintetizadas en lo que somos.

El nacimiento de la Universidad es el resultado de un proceso que inicia en 1927 con las misiones pedagógicas alemanas que materializan su enfoque con la creación del Instituto Pedagógico Nacional; posteriormente llega la tradición pedagógica francesa que trajo consigo la fundación de la Escuela Normal Superior en 1936; así mismo, esta confluencia de experiencias, recogió también elementos de la educación y la pedagogía estadounidense, que se extendió después de la segunda guerra mundial y; por supuesto, de la educación popular latinoamericana, con desarrollos cruciales en las últimas décadas. Esa larga historia, así como nuestra síntesis pedagógica, nos convierte en la institución universitaria con mayor trayectoria en la formación e investigación educativa en el país.  

La Universidad Pedagógica Nacional también ha vivido el conflicto armado, perdiendo estudiantes, egresadas y egresados, trabajadores y docentes. Y ha sido objeto de persecución por plantear otras formas de educar, por imaginar currículos contextualizados y por adelantar ejercicios pedagógicos en pro de un país en democracia, en paz y con justicia social.

También cabe su reconocimiento en la fuerza constituyente en la movilización social y educativa, lo que nos ha significado analizar las prácticas instituyentes en los procesos organizativos estudiantiles, reconocer la lucha por la defensa de la educación pública y la potenciación de sujetos de saber que, desde su acción pedagógica, configuran espacios de resistencia política y académica que a su vez, derivan en formas y dinámicas de movilización política.

Los diálogos epistémicos entre los ejes misionales de la Universidad, docencia, investigación y proyección social nos llevan a pensar en horizontes renovados de significación de la educación pública, en una condición de época marcada por la aparente crisis del neoliberalismo y por la emergencia de nuevos autoritarismos. De ahí que cobre relevancia el trabajo desde una pedagogía de las afecciones que posibilite la producción y fortalecimiento del lazo social indispensable en la formación política de nuevas generaciones de maestros(as). 

Algo caracteriza a la UPN y es que, a pesar de las vanguardias teóricas hegemónicas y de los mandatos del sistema, todavía sus docentes, estudiantes, egresados (as) y funcionarios (as), sueñan, construyen y trabajan por otros mundos posibles. Por supuesto, reconociendo que la educación no es la única herramienta de transformación y que también está atravesada por problemas estructurales, se valen de ella para enseñar, investigar y diseñar políticas que contribuyan a la profundización de la democracia, desde la ética del cuidado, desde el cariño y el reconocimiento de otros, otras y otres.

En estos 70 años hemos insistido con la consigna: “pública la recibimos, pública la entregamos”, y nuestro compromiso, además de su defensa, es su fortalecimiento continuo para garantizar su Porvenir.

Aprovecho este espacio para enviar un saludo especial a todas las personas que han hecho parte de la Universidad, a las familias y a quienes desde diferentes sectores trabajaron y trabajan por ella.

Es por esto que invito a cada uno(a) de los miembros de nuestra comunidad universitaria a trazar y narrar sus experiencias pedagógicas desde sus propios itinerarios individuales y colectivos, para reconocer en estas memorias el potencial construido. Invito en esta celebración de los 70 años a reconstruir nuestras subjetividades políticas, fortalecernos, hacer vida universitaria desde la solidaridad, el trabajo académico, político, ético, estético. Invito a que abracemos el porvenir con lo que somos y tenemos y podemos desplegar: una universidad en palabras de José Martí: ” Con todos, y para el bien de todos”.

#UPN70Años
A la celebración de los 70 años de la Universidad, se suman los 100 años del natalicio del maestro Orlando Fals Borda, lo que implica que nuestra programación cultural y académica estará más festiva y reflexiva que nunca.