La educación universitaria en Colombia ha avanzando gracias a la política de cobertura y calidad diseñada de acuerdo con las necesidades de una población cada vez más demandante en alternativas de profesionalización y especialización a nivel inicial, en ejercicio y de posgrado.
Sin embargo, quedan muchas brechas por cerrar como infraestructura, bibliotecas, el uso de nuevas tecnologías, bienestar estudiantil, atender las secuelas que dejó la pandemia y los altos índices de deserción estudiantil. Urgen también reformas curriculares, que pongan la educación superior al día con las demandas sociales, la academia, la docencia, la investigación y la proyección social.
Tenemos disparidades de calidad y oportunidades entre la oferta educativa pública y la privada, y diferencias injustas entre la urbana, la rural y la rural dispersa; así como discriminación educativa de acuerdo con el nivel socioeconómico y la geografía del país. Esta situación se presenta también en la ubicación de los(as) docentes quienes prefieren trabajar en las ciudades principales, creando un vacío notable de maestros(as) comprometidos(as) con las culturas locales y nombrados en propiedad en las instituciones rurales.
Para generar una política pública que solucione estas inequidades el Gobierno del Cambio propuso en su Plan de Desarrollo la regionalización de la formación de docentes, aprovechando las facultades de educación, además de las 137 Escuelas Normales Superiores —ENS— acreditadas para fortalecer la oferta educativa pública en las regiones.
En el panorama actual de la educación superior, la regionalización se ha consolidado como una estrategia y oportunidad indispensable para democratizar el acceso al conocimiento y responder a las necesidades educativas de las comunidades más apartadas del país. En este sentido, la UPN ha asumido como una tarea fundamental la formulación de un modelo de regionalización que va más allá de la tradicional expansión territorial, basado en la apuesta por llevar una oferta académica de alta calidad a las regiones, ajustada a las realidades locales, al diálogo y reconocimiento de saberes desde tres pilares: pertinencia, gradualidad y responsabilidad. Como parte de un proceso de interlocución con los distintos actores de los territorios, sus mundos simbólicos y sus expectativas sobre lo que implica formar maestros(as) en y para las comunidades.
En esta dirección, el modelo de “Universidad en red” es clave en esta estrategia, articulando de manera flexible la universidad con los actores locales, promoviendo un diálogo propositivo y enriquecedor entre los aspectos curriculares, metodológicos y de investigación de los programas con las realidades específicas de cada región.
Hemos avanzado significativamente en la consolidación de nuestra presencia en las regiones. La Vicerrectoría Académica, alineada con las iniciativas del gobierno universitario y las políticas formuladas por el MEN, ha fijado como derrotero la apertura de grupos en zonas estratégicas, optimizando recursos y estableciendo convenios con entidades aliadas. Trabajando en coherencia con el programa “Universidad en tu territorio”, ha permitido que estudiantes de Cundinamarca, Magdalena y otras regiones del país puedan acceder a programas de educación superior sin tener que desplazarse a grandes centros urbanos. Así, estamos logrando que la educación se convierta en una herramienta de transformación y desarrollo para los territorios.
Uno de los ejemplos más destacados es el convenio en proceso con la Gobernación del Magdalena, que financiará becas para estudiantes del departamento a través del programa “Becas del Cambio”. Estas becas permitirán a los jóvenes acceder a programas virtuales y a distancia, facilitando su formación sin que deban abandonar sus comunidades. Además, estamos avanzando en la oferta de otros programas en nuevas regiones como el Catatumbo, Funza o Bojacá, con miras a consolidar nuestra presencia en estas zonas en 2025.
Adicionalmente, otra estrategia potente para hacer presencia en las regiones es la articulación de la UPN con las ENS. Ya existe un marco legal para reconocer al Normalista Superior que egresa de grado 13 a los programas de licenciatura. Durante la actual vigencia contamos con 22 convenios marco.
Reconociendo la potencia educativa de las ENS después de sus procesos de acreditación de calidad que las llevó a la reconstrucción de sus dimensiones pedagógicas, curriculares y organizativas, al fortalecimiento de sus referentes teóricos y estratégicos para definir la formación de maestros(as), superar las relaciones tradicionales por enfoques constructivistas o sociocríticos, a diseñar y fomentar la investigación, la práctica pedagógica, el análisis del contexto y el liderazgo ético y político del (la) maestro(a) en las regiones. Este es un compromiso como diálogo de saberes, respetando las construcciones y trayectorias del saber pedagógico. Estos esfuerzos marcan una nueva dirección de las políticas de la Universidad para abrirse a las regiones y diversificar su oferta participando en el programa multicampus, ofreciendo profesionalización y articulando con las ENS, ya que estas como la Universidad tienen el mismo propósito: formar los(as) maestros(as) que el país necesita.