III Congreso Pedagógico Nacional: hacia una escuela pública, alternativa y democrática

En nombre de la comunidad de maestros(as), estudiantes y egresados(as) de la Universidad Pedagógica Nacional, y en el mío propio, como rector de la institución, queremos dar a conocer a la sociedad nuestro reconocimiento y abrazo de esperanza a todas y todos los maestros del país, y a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE), por seguir forjando una nueva escuela pública, alternativa, democrática y al servicio de una nueva sociedad.

Los propósitos de este III Congreso Pedagógico Nacional proyectan sus horizontes como una muestra fehaciente de la madurez alcanzada por el Movimiento Pedagógico Colombiano, asumido este como una construcción de pensamiento sobre la educación y la formación, de manera crítica, colectiva y resistente frente a los embates del modelo neoliberal que pretende reducir la educación a sus intereses mercantiles, coloniales, prescriptivos e instrumentales.

Este III Congreso es un acto educativo de vital trascendencia, por ser un espacio privilegiado para pensar la pedagogía desde nuestros territorios, visibilizar las diferencias y reconocer la diversidad sociocultural que nos define como nación. Formar en medio del conflicto, formar para atender la desigualdad, formar con idoneidad ética y política es un acontecimiento cultural que invita a pensar la educación en clave de proyecto a largo plazo, uno que haga posible vivir en un Estado social y democrático de derecho, donde lo central sea vivir con dignidad.

Decimos también: es un acontecimiento pedagógico que muestra lo mejor de las experiencias alternativas en las regiones, las cuales son como espejos para mirar la complejidad de la práctica pedagógica y reconocer en ellas a las y los nuevos(as) maestros(as) y sus colectivos de trabajo, que emergen con dignidad y profesionalismo. También, hay que decirlo, en los 31 años transcurridos desde el Segundo Congreso, ha surgido una nueva generación de maestras y maestros cuyos interrogantes y problemáticas se pueden leer a la luz de los avances globales, del desarrollo de nuevas tendencias en el campo de la pedagogía y del amplio y profuso campo de la investigación educativa —multidisciplinar y propia—, así como del uso de las redes sociales, cuya capacidad para acumular información nos sobrepasa, obligándonos a convertirnos en analistas simbólicos antes que en productores de saberes pedagógicos, históricos, contextuales y específicos.

Por eso estamos aquí, como institución, con profesores(as), estudiantes y egresados(as), para participar en esta fiesta de esperanza, alegría y dignidad, que nos hace reconocernos como un sujeto colectivo que argumenta con respeto, propone con imaginación, reconoce los contextos, no le teme a los retos y se abraza en fraternidad solidaria, para decirle al país que otra educación es posible —desde el campo y las ciudades— cuando sentimos con la cabeza y pensamos con el corazón, como decía Fals Borda.

La Universidad Pedagógica Nacional ha decidido acompañar con convicción a FECODE y a todas y todos sus maestros(as), y está comprometida en hacer causa común por la defensa de la educación pública como bien común y en la dignificación de la profesión docente. Sin excelentes maestros, difícilmente podremos formar sujetos éticamente comprometidos con los derechos humanos de manera integral.

Con la participación de más de mil maestras y maestros provenientes de todo el país, entre ellos un gran número de nuestros egresados(as), renovamos la esperanza de que estas nuevas generaciones de docentes continúen cultivando la semilla arrojada al viento desde 1982 con el Movimiento Pedagógico Colombiano, para hacer de la escuela un territorio de paz y de la pedagogía crítica el saber propio de docentes emancipadores, que forjan la esperanza de seguir construyendo un presente con dignidad.

Tenemos la plena convicción de que el respeto a las libertades, la consolidación de la democracia, la significación colectiva del ethos pedagógico y la potenciación de la justicia social constituyen los principios fundamentales para la protección de la dignidad. A ello sumamos, como criterios de acción política, el reconocimiento generoso de la diversidad de cosmovisiones y concepciones educativas —inter e intrageneracionales—, que esperamos mantengan la firmeza en el cuidado de los vínculos afectivos y pedagógicos que contribuyen al porvenir de este III Congreso Pedagógico Nacional.

El resultado de este proceso riguroso ofrecerá orientaciones educativas y pedagógicas, alimentará las experiencias formativas en el país y será un aporte fundamental a la formulación de un nuevo Plan Decenal de Educación, que oriente académica y técnicamente un nuevo proyecto educativo donde la educación se reafirme como un derecho fundamental, una posibilidad y bien común, desde la educación inicial hasta la superior.

Pdta. Invitamos a las y los Honorables Representantes a la Cámara a dar un paso en la historia de la educación con la aprobación de la reforma a los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992. La educación y la universidad pública se los agradecerán.