En tiempos convulsos de la geopolítica mundial, el mundo ha presenciado en tiempo real la erradicación del pueblo palestino, mostrando la barbarie y el fracaso de la civilización.
El poeta inglés George Sandys hablaba de Palestina como “una tierra de la que manaba leche y miel; en medio como si dijéramos del mundo habitable, y con un clima templado; adornada por hermosas montañas y exuberantes valles; con rocas que producen aguas excelentes; y sin ninguna parte desprovista del deleite o de beneficio”. (Said, 2025, p. 61)
Si hoy Sandys (1578-1644) viajara por las redes de los algoritmos y modelos matemáticos de la IA, hablaría “de las ruinas que ha visto con sus propios ojos y de las historias que resuenan en cada piedra” […] notaría el violento contraste entre el pasado sagrado y el presente profano […] describiría las cicatrices de la guerra, las barreras y la deslación de los campos de refugiados…”. Texto generado por la IA” (Google, 2025). Versión que sería bastante adornada para lo que está implicando en tiempo presente el genocidio del Estado de Israel contra el pueblo palestino, sumado al ecocidio y juvenicidio.
Resignificando el texto sobre “La cuestión Palestina” (Said, 2025) queremos hablarles desde nuestra responsabilidad como Universidad Pedagógica Nacional, la educadora de educadores. La Universidad que se pregunta por unas pedagogías para la paz, por la potenciación de un repertorio de saberes en diálogo con el movimiento popular, por una educación al servicio del pensamiento crítico y la posibilidad del cambio social.
Hoy les hablamos desde una Universidad que teje la educación en un proyecto de por-venir, de construcción de futuro, que ve a la esperanza como un imperativo ético, que quiere consolidar un proyecto pedagógico en defensa de la humanidad. Por eso nos preguntamos, ¿para qué construir por-venir cuando se transmite un genocidio a los ojos del mundo?, ¿cómo transitar por la senda de la humanidad cuando es lo inhumano lo que campea?, ¿desde dónde consolidar la esperanza cuando miles de niñas y niños palestinos son bombardeados y mutilados?
Seguimos pensando colectivamente que la educación es, ante todo, un proyecto ligado a la dignidad humana. Para nosotras/os, la educación es inseparable de la lucha por los Derechos Humanos, en perspectiva de integralidad y de arraigamiento de una ética de lo común (Hinkelammert,2021). Por eso creemos que la pedagogía de la esperanza y la construcción del por-venir requieren tomar decisiones en pro de la humanidad y desde allí educar para defender su dignidad.
Queremos contarle a la sociedad colombiana, que esta Universidad tiene el orgullo de albergar una muestra de museo prestada por el Centro Ana Frank, que hoy se encuentra en el Instituto Pedagógico Nacional, cuyo propósito es hacer un trabajo de memoria histórica para la no repetición del genocidio que en su momento sufrió el pueblo judío. Porque el recuerdo de Ana Frank como una víctima perseguida por una maquinaria genocida, se articula con la memoria de estudiantes, profesores(as) y trabajadores(as) que seguimos apostándole a la edificación de otros mundos posibles. A su vez queremos resaltar que nuestra Universidad se encuentra rodeada de murales que rememoran a integrantes de nuestra comunidad, víctimas de los enemigos de la vida.
Como dice el poeta Humberto Akabal (2009) “De vez en cuando camino al revés: es mi modo de recordar. Sí caminara sólo hacia adelante,
te podría contar cómo es el olvido”. Caminamos mirando hacia el pasado para reconstruir el presente, porque el por-venir es un proyecto afincado en las memorias y comprometido con el momento actual que nos exige entregar todos los gestos de humanidad posibles, necesarios y urgentes.
El 2 de octubre, un día después de que la Flotilla Global Sumud, que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, fuera interceptada por las fuerzas del Estado de Israel, a dos años de una nueva fase de barbarie contra el pueblo palestino, a 77 años de la Nakba, la comunidad universitaria de la UPN realizó un acto de solidaridad con el pueblo palestino, reconociendo sus luchas y su dignidad colectiva.
Con una declaración modesta, un pequeño gesto que resuene hasta Gaza. Un gesto sencillo, pero desde el corazón comprometido, declaramos que nuestro campus es un espacio libre de apartheid israelí. Expresamos a la UPN como un espacio situado contra las violencias, el colonialismo y el racismo.
Reafirmamos como nos enseñó la poeta Rafif Ziada, “Nosotros enseñamos vida”, y para tal propósito queremos invitar a la academia y la escuela a trabajar en la importancia de: i) enseñar los conflictos internacionales desde la perspectiva crítica y de Derechos Humanos. ii) incorporar en los currículos escolares y universitarios en Colombia “La cuestión Palestina”, abandonando la idea “currículo neutral” en contextos de injusticia social. iii) diseñar propuestas pedagógicas desde una perspectiva crítica para incluir la historia de Palestina en clases de ciencias sociales, biología, química, literatura, etc. iii) abordar los trabajos de la memoria colectiva, histórica y social sobre el pueblo palestino. iv) incentivar por una formación en lo sensible, para que no olvidemos la infancia palestina.